Expertos en urogallos niegan la efectividad del plan para salvar la especie en el Cantábrico
Los investigadores afirman que se actúa sobre el hábitat sin conocer los motivos principales del declive del ave y cuestionan su cría en cautividad
05.06.2014 | 04:25
L. M. D. El
progresivo y de momento imparable declive en la población del urogallo
cantábrico tiene dividida a la comunidad científica, que aún no conoce
todas las causas de la progresiva extinción del ave en la cordillera. De
hecho, expertos en la materia pusieron en duda, en una mesa redonda en
Pola de Laviana, las actuaciones de conservación de la especie puestas
en marcha con el programa Life+ urogallo cantábrico. Consideran que
algunas medidas, como las rozas y el clareo de distintas zonas, así como
la cría en cautividad, "no favorecen" la conservación del urogallo.
Luis Robles, coordinador del programa, defendió las medidas que se han
venido llevando a cabo.
La
mesa redonda, organizada por la asociación Ecos Astures, se celebró en
la casa de cultura de Pola de Laviana. Participaron en ella Luis Robles,
coordinador del programa Life+ urogallo; Rolando Rodríguez,
investigador de la Universidad de Exeter (Reino Unido); Roberto
Hartasánchez, del Fapas y Mario Quevedo, investigador de la Universidad
de Oviedo. El moderador fue Vicente Suárez, de Ecos Astures. Robles
defendió las iniciativas conservacionistas que el programa Life+ está
desarrollando en toda la cordillera Cantábrica, como las acciones en el
hábitat (con clareos) y con el programa de cría en cautividad, cuyos
resultados, eso sí, son negativos de momento, porque no ha alcanzado ni
el número de aves (70 se pretendían alcanzar, y hay 14) ni la diversidad
genética necesaria. Robles apuntó que se está siguiendo el modelo de
conservación ya llevado a cabo en otros lugares, como Escocia, donde
según apuntó el coordinador del programa "la población se mantiene e
incluso mejora".
No
son ni mucho menos del mismo parecer otros expertos, como Rolando
Rodríguez o Mario Quevedo. El investigador de la Universidad de Exeter
afirmó rotundamente que "no hay evidencias de que lo que se está
haciendo" en el hábitat del urogallo "mejore. Más bien parece que lo
empeora. Lo que se hace puede tener consecuencias imprevisibles". Mario
Quevedo afirmó que "nadie sabe realmente el motivo principal del declive
del urogallo", pero a pesar de ello "se están desarrollando
actuaciones. Entiendo que se quiera hacer algo, pero hay que asegurar
que las acciones tengan consecuencias positivas". Quevedo también indicó
que sería necesario "investigar mucho más" sobre la vida del animal",
ya que, tal y como se indicó en la mesa, uno de los factores clave en la
desaparición del ave es su bajísima tasa de supervivencia en las
primeras fases de su vida, "entre la incubación y sus dos primeros
meses". Hartasánchez también puso en cuestión las "mejoras del hábitat"
del urogallo. Todos los participantes, a excepción de Robles,
cuestionaron también el centro de cría en cautividad, tanto por sus
métodos (fueron necesarios la extracción de puestas de huevos en
libertad) como sus resultados.